Portada de antigua versión de Revista Libre Pensamiento

miércoles, 22 de febrero de 2012

Dos escritos sobre el General Sandino


Por Pedro Silva

"Sandino" era un hombre que a cualquiera impresionaba su sentido de soberanía y de dignidad. Su formalidad, su español de deje mexicano y con la inherente frase "coño" el dominio que tenía del idioma inglés su terquedad, rememora con nostalgia doña Julita Marín, de 89 años, originaria del Municipio neosegoviano de Ciudad Sandino, conocido también como El Jícaro.


Sobre El General de Hombres Libres recuerda "...su particular forma de vestir: usualmente con pañuelo al cuello, camisas manga larga, pantalón de montar y botas. El toque de su guitarra lo hacían inolvidable".

 
Doña Julita, conoció a Sandino en 1920, año en el cual él se apareció por primera vez en El Jícaro e hizo amistad con su hermano Rufo Marín, quien meses después formaría parte del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, bajo la denominación del Coronel Rufo Marín, y terminaría ofrendando la vida en la batalla que libraron en Ocotal en 1927, en lucha por expulsar a las tropas norteamericanas acantonadas en la ciudad.

 
Mi familia se convirtió en familia de Sandino

 
"A raíz de que Rufo se juntó con Sandino, mi familia se convirtió en la familia de Sandino. El regularmente visitaba la casa y yo me encargaba de prepararle su pan preferido, panecillos de chocolate y rosquillas, todos nosotros estábamos al tanto de la lucha" dice doña Julita.


Ella expresa de forma jocosa que después de cada combate, Sandino terminaba enojándose con el coronel Pedro Altamirano, porque Pedro acostumbraba utilizar el corte chaleco con el enemigo, es decir los degollaba y Sandino consideraba que eso era cruel.

 
Durante primeros combates utilizaron machetes


Entre los años que recuerda como más memorables destaca 1921, año en el cual el Ejército tuvo el primer combate en el sector de Sabana Grande, Jícaro, en esa batalla las tropas pelearon con machete en mano. En 1922*, obtuvieron los primeros rifles, que llamaron "Concones" debido a que eran pequeños, los que adquirieron en Jacaliapas, territorio hondureño.


En 1925, el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional comenzó a vestir el pañuelo rojo y negro alrededor del cuello, éstos eran cosidos por doña Julita y su mamá.


El testimonio tiene una especie de paréntesis en el tiempo. A eso de 1927, por ser el año de la muerte del hermano de doña Julita Marín y la última vez que esta legendaria señora vio a Sandino.

El martirologio; Rufo Marín como un nazareno

 
"Después mi familia decidió exiliarse en Honduras y regresamos en 1930, pero no volví a tener contacto con Sandino, con certeza supe de su paradero hasta el 21 de febrero de 1934, cuando a través de los telégrafos se anunciaba su muerte, explica Julita.


El último recuerdo que tiene doña Julita Marín del General Sandino, son unos versos que él dedicó y cantó en honor a la muerte de su hermano Rufo Marín, que expresan: "Valiente, Rufo Marín, sufrió hambre, sol y sereno, murió con su rifle al hombro imitando a un Nazareno".


Un baqueano que lucho junto a Sandino


Otro personaje que tuvo el privilegio de codearse con el General de Hombres Libres es don Hermenegildo Mendoza Urbina - ahora de 88 años-, y originario de la Costa Atlántica. Don Hermenegildo desde la edad de 16 años acompañó al Ejército Loco en toda su travesía, ejerciendo la función de baqueano en la Costa Atlántica.
 

Don Hermenegildo fue quien le sugirió la entrada y salida en el asalto al plantel de Paraná en 1926 y el que ayudó a recuperar parte del botín de rifles, (35 en total que Sandino, escondió en Puerto Cabezas al arribar de México, esa labor la realizó junto a cinco soldados y junto a unas mujeres de la Mosquitia.

 
Sandino un hombre justo y honesto


"Yo me le pegué (simpaticé) a Sandino, tuve suerte, yo era chavalo y él no quería que yo ingresará en su tropa, pero insistí porque creía en sus ideales. Sandino era un hombre justo y honesto. Yo lo acompañé hasta el fin, no me arrepiento, comentó con orgullo don Hermenegildo.


Con Sandino él recorrió parte del país, Zelaya, Tipitapa, Matagalpa, San Rafael del Norte, Nueva Segovia, Wiwilí y con él adquirió conciencia de la libertad concretada en el no sometimiento a ninguna intervención extranjera.


"Sandino siempre aseguró que la libertad sólo era posible alcanzarla por medio de las armas porque estábamos al mando de una dictadura.

 
"Yo soy un hombre"


El General Sandino nunca tuvo miedo, por eso cuando Sofonías Salvatierra le alertó en Wiwilí que no se entrevistara con Somoza, el 21 de febrero de 1934, asegurándole que podían asesinarlo él le respondió, "yo soy un hombre", relata el exsoldado sobreviviente, esa fue la última frase que le escuchó a Sandino antes de que partiera hacia Managua.


Una semana después estando acampados en una cooperativa de Wiwilí, llegaría el soldado Feliciano Tórrez comunicándole que lo habían asesinado en el campo Xolotlán o campo Marte situado en la capital.

"Muchachos, voy a misión"


Uno de los episodios que más le gusta relatar a don Hermenegildo son las noches en Chipote, cuando el General les decía, muchachos voy a misión "nosotros fingíamos creerle, porque la verdad era que iba a verse con Blanca Aráuz, termina aclarando don Hermenegildo.


A Sandino le gustaba escuchar a la gente


Doña Albertina Casco de 86 años, también se deslumbró con Sandino, ella lo conoció en 1933, en la hacienda Plan Grande, ubicada frente al cerro El Chipote, la reminiscencia que tiene del general Sandino es la de un hombre de mediana estatura, pelo castaño liso y con un corte de cara fina que le gustaba comer mucho y escuchar a todos los lugareños, estricto con sus soldados a tal punto que si uno se excedía en la bebida no los dejaba salir en su día libre.


"Sandino, nunca fue pispireto con las mujeres, él era muy serio, pero a nosotros nos gustaba. No era un bonito que encantara, pero tampoco un feo que asustaba, expresa doña Albertina. Añade, cuando recuerdo el día de su muerte, yo me enojo, es que fue tan confiado, si él hubiera seguido... vivo, otro gallo nos cantaría.
 
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* Esta fecha es a todas luces incorrecta. En 1922 ni siquiera había comenzado la Guerra Constitucionalista de 1926-1927, ni mucho menos la guerra de Liberación Nacional que comandó Sandino de 1927 a 1933. Nota de RLP. 


http://bitacoradeunnicaraguense.blogspot.com/


Tragedia de la familia del General Sandino tras su muerte y  su descendencia familiar
 Por Abraham Cubillo


Asesinado Augusto C. Sandino, Anastasio Somoza García, inició una campaña humillante y cruel contra los descendientes del “bandolero”. No escaparon la niña Blanquita Segovia y la anciana Margarita Calderón. Durante años de diferentes formas, la tragedia ha sido un sino de la familia Sandino.

La hermana de padre, Asunción, se había casado con Bismarck Alvarado, originario de Catarina, José Bismarck era uno de los hijos. Un día pasaron varios jovencitos de Niquinohomo y lo invitaron para ir a la Laguna de Apoyo, donde fueron sólo con el permiso de Asunción. Lamentablemente el joven se ahogó, causando la ruptura del matrimonio, pues Bismarck le reprochó haber dado el permiso. Otro hijo, Francisco José, fue asesinado en la costa del lago de Managua, exactamente el Viernes Santo, 7 de abril de 1953.

Doña Zoilamérica Sandino Tiffer, contrajo matrimonio con don Orlando Zambrana Báez, nacieron Orlando José y Zoilamérica, madre de la poeta Rosario Murillo. El 12 de octubre de 1973, a las dos de la tarde, fallece doña Zoilamérica, en el Hospital Vélez Paiz, a consecuencia de los golpes sufridos en un terrible accidente de tránsito.

El terremoto del 23 de diciembre de 1972 escribe otro trágico capítulo, cuando muere bajo los escombros, el niño Anuar Joaquín Hassan Murillo, hijo de Rosario. Pero el sino continúa cebándose en los descendientes de la familia Sandino-Tiffer. El 12 de mayo de 1979, cuando participa en actividades clandestinas del FSLN, es detenido en una de las entradas a la Laguna de Xiloá, Omar Hassan, esposo de Lourdes Murillo Zambrana, es asesinado junto con otros sandinistas, entre ellos Cristian Pérez Leiva.

Los Castillo-Sandino

Enrique Castillo, y Blanca Segovia Sandino Arauz, fueron sacados de Nicaragua y llevados a Cuba, donde vivieron con sus hijos Augusto Enrique, Rodolfo Antonio, Julio César y Walter Ramiro. Cuando regresaron en 1979, quedó Rodolfo Antonio fallecido en un trágico accidente de tránsito el 25 de abril de 1967, en La Habana, Cuba.

Rosa Argentina, hija de Asunción y Bismarck, se casó con Nicolás Sandino. Vivía el matrimonio en la casa solariega de los Sandino-Tiffer, bajo cuyos aleros estuvieron Augusto y Sócrates, a la casa donde llegaban tantos personajes en busca del famoso guerrillero. El 1 de junio de 1979, estaba el matrimonio Sandino-Alvarado ya acostado, cuando un grupo que se identificó como combatientes del FSLN penetraron en la casa y dieron muerte a Nicolás, frente a su propia esposa. Posteriormente en julio de 1979, la casa fue confiscada.

Historia de la otra hija


En relación al paradero de los restos de quienes fueron asesinados el 21 de febrero de 1934, existen varias versiones, lo cierto es que el somocismo los hizo desaparecer para evitar que el pueblo identificara el sitio y honrara al héroe. Lo que no se conoce, es que lo mismo ocurrió con su otra hija, de la que también se sabe poco, aunque bajo otras circunstancias.

Mercedes Sánchez Gaitán, era igual que doña Margarita, una trabajadora doméstica en la casa de don Gregorio, una especie de hija de casa, cuando tuvo relaciones con Augusto y nació María Natalia Sánchez Sandino. Doña Mercedes se marchó de Niquinohomo y falleció en Belén, Rivas en 1982.

María Natalia se casó el 22 de noviembre de 1933 con Aristides Pavón Barrera. El matrimonio se realizó en la casa de don Gregorio, quien fue uno de los padrinos. Nacieron José Miguel, Aristides y Natalia. Después se unió a Eliseo Conto, procreando a Marco Antonio, un abogado que reside en Niquinohomo.

Doña María Natalia se radicó en Managua, donde vivía con su hijo José Miguel. Falleció de nefritis el 4 de octubre de 1960, a los 44 años de edad. Curiosamente la partida 2586, libro 0089, página 793, dice que quien asentó la partida fue su hijo José Miguel, sin embargo los datos señalan, que era hija de Gregorio Sandino y Mercedes Sánchez.

María Natalia, fue sepultada en el grupo 0.8, lote 40. Años más tarde, los familiares al visitar la tumba, no encontraron los restos, eran los tiempos en que la Alcaldía era el Distrito Nacional. Según le explicaron, al no pagar el canon correspondiente, el sitio había sido asignado a otra persona, así que los restos de la hija del General Augusto C. Sandino, sepultados en la tercera categoría, la de los pobres y humildes, desaparecieron igual que los de su padre. En los archivos no hay ningún documento sobre el caso, sólo en el libro de registro figura que el funeral fue el 5 de octubre de 1960.


El sino trágico no termina


Aristides, hijo de María Natalia, se enroló en la Guardia de Somoza, llegó a ser telegrafista de confianza en la Casa Presidencial. Después del 19 de julio de 1979 fue detenido y de nada le valió ser nieto del General Sandino. Pasó tres años en la cárcel, tiempo en el que hubo en vano gestiones a su favor. Cuando salió libre, se marchó a Miami, a consecuencia de la diabetes falleció el 16 de febrero de 1996.


El fin de Santiaguito


En varias fotografías donde aparece el General Sandino, está también un niño, vestido con elegante traje entero. Se trata de Santiago Raudez, hijo de Teresa Villatoro, la guerrillera sandinista de origen salvadoreño, más conocido como Santiaguito, niño por el que Sandino tenía especial cariño, le enseñó a leer, lo llevó en un viaje a México. Algunas personas creían que era su hijo.


Luego del asesinato del General Sandino, Santiago se sumió en el anonimato, creció dentro de una estimada familia, parte de la cual reside en Managua y otra en Masaya. Logró trabajar en la Compañía Cervecera de Nicaragua. Ya jubilado, llegó a la empresa a cobrar su jubilación, y al salir un vehículo lo atropelló, en la Carretera Norte. Está sepultado en el cementerio Oriental. ¿Habrá sido su cercanía al General Sandino la causa de su trágico fin?


Descendencia Sandino-Tiffer


Gregorio Sandino y América Tiffer: Sócrates, Asunción y Zoilamérica. Sócrates y Cleotilde: Alejandro López Sandino. Asunción y Bismarck Alvarado: José Bismarck, Manuel Enrique, Francisco José, Uriel y Rosa Argentina. Zoilamérica y Orlando Zambrana Báez: Orlando José y Zoilamérica, casada con don Teódulo Murillo, padres de la poeta Rosario Murillo Zambrana.


Sandino–Arauz


Augusto C. Sandino y Blanca Aráuz Pineda: Blanca Segovia, contrajo matrimonio con Enrique Castillo, procrearon a Augusto Enrique, Rodolfo Antonio, Julio César y Walter Ramiro.


Bisnietos: Jacqueline, Luis, Johana y Enrique Juan Castillo Arauz; Walter Castillo Sandino, Ucraniano; Walmar y Jennifer Mercedes Castillo Rappaccioli; Blanca María Castillo Sánchez.


Rama Sandino–Sánchez:


Augusto C. Sandino y Mercedes Sánchez Gaitán: María Natalia Sánchez Sandino, se casa con Aristides Pavón Barrera, tienen a José Miguel, Aristides y Mercedes. Con Eliseo Conto tiene a Marco Antonio Conto Sánchez.


Rama Calderón:


Doña Margarita Calderón Ruiz tuvo a Augusto Nicolás, Fernando, Julio César, Manuela, Carmen, Antonio e Isabel. Fernando Calderón se casó con doña Berta Villanueva Meza, tuvieron a Margarita, Catalina, Adilia, Fernando, Eduardo, Augusto y Guillermina.


Margarita y René Meza: Cintia. Catalina y Saúl Villarreal: Walter Saúl. Adilia y Juan Rafael Henríquez: Augusto, Emilia y Berta. Fernando y Olga Meza Lira: Eduardo, Roberto Calderón Meza (Mayor General retirado) y Linda Cristina. Con Sandra Gutiérrez: Augusto Fernando, Fernando Sexto, Berta, Linda Rosa y con Norma Granados: Fernando, Eduardo, Antonio, Orquídea, Aris y Benito. Eduardo Calderón Villanueva y Leticia Ramírez: Jonatán, Cristian y Norma.


Aporte del Compañero Abraham Cubillo

http://bitacoradeunnicaraguense.blogspot.com/

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